Algo que no podemos permitir es el tema de la industria animal, una industria mundial que comercia con productos para animales donde mayormente estos también suelen ser la misma mercancía, algo que resulta paradójico para algunos dependiendo de los tipos de animales que se traten, es cierto que en muchos hogares las mascotas son considerados y tratados como un integrante más del hogar, por lo que perciben todo tipo de atenciones.
La industria animal da muy buenos beneficios
Pero lo que en realidad sucede aquí es que desde hace ya mucho tiempo el tema de los animales y la economía se ha hecho todo un sólido espacio en el mercado con productos para la alimentación, cuidado, moda, entretenimiento y demás elementos que podrían representar alegóricos a los que se pueden encontrar y considerar corrientes para los humanos.
Y es que en otros gremios, como en el empresarial, las políticas están ajustadas a una mayor cantidad de venta con el menor consumo de materia prima, un ejemplo podría ser el de las crías de perro, estos cachorros muchas veces provienen todos de la misma madre, esto reduciendo considerablemente la cantidad de inversión en cuidado y atención para poder tener una raza de cachorro más apropiada para el comercio.
Pero el tema de la explotación no recae solo en estos animales, las granjas son otros lugares en donde se puede conocer de primera mano cómo opera todo este mundo, ya que es cierto que muchos animales domésticos tienen productos basados en proteicos para su respectiva dieta, estos muchas veces son de este mismo origen.
Existe una dinámica creciente de un sistema económico de producción y explotación
Dicho esto, podríamos terminar diciendo que algunos animales resultan tener más privilegios que otros solo por ser nada más lo que son, ya que en otros ámbitos solo serían un vulgar pedazo de carne que será comerciada a un precio y engordada bajo diferentes procesos industrializados para aprovecharse al máximo y que quizás termine en el plato de otro animal no humano.
Todo esto en sentido general, aunque se podría ampliar un poco el concepto involucrando a la industria láctea, reproductiva y de procesamiento. Aunque existan en la actualidad estas leyes que busquen regular la dependencia que existe en mantener a los animales y la economía como un pilar importante para el mercado, también persiste una presión cultural que preserva la necesidad de que este mercado se mantenga en la búsqueda activa de porciones mucho más grandes en un menor tiempo.
La alta demanda por consiguiente hace que sea un mercado muy atractivo para invertir y esto produce un peculiar círculo vicioso donde son los animales quienes resultan explotados para medianamente terminar en el plato de otro.
El dinero lo mueve todo
La forma en que la sociedad adopto este modelo de producción de alimentos debe ser revisada a profundidad, hay decisiones que no representan más que a una medida provisional para evadir el panorama general de este sector.
También abundan las propuestas alternativas para ir reduciendo paulatinamente esta actividad nociva para la sociedad, pero desafortunadamente aun no presentan viabilidad en lo que a un mercado sostenible (que es lo que mayormente buscan los empresarios) se refiere, no genera el suficiente capital tras la inversión como para ser una propuesta a considerar por los grandes del negocio en diferentes partes del mundo.